Tips para que estés segura si él es maduro para casarse

Estoy maduro para casarme?

Presentamos la obviedad olvidada: para estar casado, hay que dejar de ser soltero. Parte del proceso de maduración consiste en dejar de pensar en lo mío y lo tuyo, para construir el largo camino de lo nuestro.

La madurez es un proceso: no maduramos un día de golpe, ni podemos pretender casarnos maduros del todo.El nivel de madurez se traduce en ciertos rasgos, actitudes y capacidades que permiten sostener y hacer crecer un vínculo a lo largo del tiempo.

El desarrollo personal y profesional es muy importante. En este caso conviene trabajar durante el noviazgo el hecho de ser aliados: apoyarse e impulsarse mutuamente o, por lo menos, no entorpecer el crecimiento individual del otro.

“Siempre supe que lo primero era mi matrimonio y mi familia y que, durante ciertas épocas, el desarrollo profesional dormiría en mi cabeza, ya que no iba a ser compatible con la vida familiar, por ejemplo, cuando criara a mis hijos (de hecho, cuando estuve con bebés a cuestas no me daba el tiempo ni el cuerpo para enfocar mi cabeza en otra cosa). Pero estaba segura de que, un día, iba a poder desarrollar mi proyecto personal junto a mi marido, no a pesar de él”.

Si elijes casarte concientemente, podrías preguntarte si puedes:

VER la realidad

VER al otro

VERTE, con tus luces y tus sombras (una autoestima sana)

VER lo que NO querés para tu vida y lo que SÍ querés para tu vida

VER lo que podés y lo que no podés

SELECCIONAR los medios para lograr lo anterior, contando con tus capacidades y con tus limitaciones;

TOMAR DECISIONES, asumirlas, llevarlas a cabo y hacerte cargo de ellas;

PEDIR AYUDA.

Y, aunque parezca una paradoja, conviene que mastiquemos la idea de que, para estar casado, hay que dejar de estar soltero. La vida individual (o tu proyecto personal) se verá profundamente potenciada por el proceso, largo y lleno de alegrías y renuncias, de la construcción de lo nuestro.